Por Gillian MacBeth-Louthan
Todos los días honran al mundo con sus oraciones, con sus palabras, con velas encendidas, y sin embargo su vida personal se está cayendo a pedazos. Su energía está dispersa. Su cuerpo físico está exhausto, y sus patrones de sueño están alterados. Su vida no ha sido barrida, limpiada y sacudida porque están muy ocupados apuntado su luz y energía fuera de ustedes, sin honrar sus propias necesidades. Entregándose como un cordero en sacrificio a cada causa, sólo porque creen que eso es lo que se supone que hagan.
Los textos antiguos y escuelas de misterio hablan de la energía de dar. Dar de un manantial que estaba lleno, dar de una fuente que fue limpiada y purificada. Cuando se llenan y están llenos de amor y luz y verdad, eso se irradia tocando todo a su paso. En este irradiar hacia afuera hay una onda multidimensional, una multiplicación de efectos. Lo toca todo, desde las briznas de hierba hasta las estrellas.
Cuando están vacíos, no importa cuántas oraciones dirijan, cuánta luz irradien, cuánta afirmaciones y meditaciones pronuncien y recen, no llegará a su destino deseado. Sólo pueden dar verdaderamente cuando están plenos.
Cuando se enfocan continuamente hacia afuera y no se honran a sí mismos primero, hacen una injusticia a toda la vida. Al no amarse lo suficiente a sí mismos, y sólo ceder a las demandas externas, causan un desequilibrio en toda la creación. Ese desequilibrio se inicia y termina en cada uno de ustedes. No ayudaron a nadie ni a nada, al no llenarse a sí mismos primero. Los buenos pensamientos, luz, oraciones y sanación que enviaron simplemente salieron corriendo, no llegaron a su objetivo. Terminaron en el departamento de mails extraviados de la vida, ¡porque no tenía suficiente combustible para llegar a destino!
Cada uno de ustedes en algún momento ha recibido una llamada telefónica, un email, una carta de alguien que pedía ayuda u oraciones. Puede ser que apenas hayan llegado a la puerta después de un duro día de trabajo, agotados, apenas capaces de pensar, y entonces se les pida que le den a otro, a un acontecimiento externo, la poca fuerza vital que les queda. Todo lo que querían hacer era sentarse, descansar, o comer un poco para recargarse, pero no lo hicieron. El ‘dios de la culpa’ en ustedes insistió en que enviaran amor o sanación a la situación de inmediato. No llenaron su tanque de combustible primero, por lo que van con el tanque vacío tratando de apagar incendios con un camión cisterna vacío, ¡sus oraciones no obtienen ningún resultado!
Están gastando demasiado tiempo y energía en sacar el combustible del tanque, fallando el tiro. Imagínense yendo a la gasolinera y llenando los coches de todos los que los rodean. Todos están agradecidos y se despiden al marcharse y dejarlos. Ustedes se sientan ahí vacíos esperando que alguien los llene, pero por desgracia no hay combustible para ustedes. En el séptimo día de la creación, el Universo/Dios descansó llenándose de nuevo, preparándose para crear más. Dios se honra a sí mismo primero. Todo lo que se crea, se crea a partir de un punto de plenitud o no se crea en absoluto. Todo lo que se da, se da desde un punto de plenitud o no se da en absoluto.
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